En el dolmen de Las Agulillas

jueves, 7 de noviembre de 2013

Una página de la memoria histórica

       Una tarde de 2008 recibí la llamada de una chica francesa, Marie Deniot, que hablaba un castellano muy correcto. Me contó que su abuelo había nacido en Villanueva de Córdoba, y que tras la guerra civil se había exiliado a Francia; estaba embarcada en la búsqueda de su familia española. Me preguntó si a partir de los datos del archivo de la parroquia de San Miguel podría ayudarla. Por lo menos se iba a intentar, mas cuando conocí los antecedentes mi compromiso se hizo más fuerte. Esta es la historia de una búsqueda y un encuentro.
       El abuelo de Marie, José del Pozo González, nació en la calle Cañada Alta de Villanueva de Córdoba en 1911. En tiempos de los II República emigró a Madrid, donde se casó en la parroquia de Nª Sª de los Ángeles con Clotilde García en 1935, teniendo pronto a una niña, Francisca.
       José del Pozo participó en la guerra en el bando republicano. "En 1939 el abuelo José, republicano y opuesto [al régimen de Franco] debió de huir de España dejando atrás a su mujer embarazada y a su hija Francisca de unos cuatro años. Es así como mi abuelo llegó al suelo francés en febrero de 1939, para ser dirigido inmediatamente hacia el Campo de Argelès, situado a algunos kilómetros de Perpignan. Más tarde, Clotilde, que se había quedado con sus hijos, decidió reunirse con él en este campo. A su llegada Clotilde dio a luz en 1939 a su hijo Juan del Pozo García. Muy rápido, las autoridades del campo intentaron tutelar a Francisca y a Juan con el fin de instalarlos en un hospicio. Clotilde, que no quería ser separada de sus hijos, decidió volver a España" **. Las dos partes de la familia no volverían a encontrarse jamás.
       José del Pozo fue obligado por las autoridades colaboracionistas francesas de Vichy a formar parte de las Agrupaciones de Trabajadores Extranjeros, que trabajaron en la realización de proyectos militares planificados por las autoridades nazis. José estuvo en la construcción del Muro del Atlántico, para evitar el desembarco aliado, hasta que logró fugarse en 1944.
       Concluida la II Guerra Mundial trabajó en Francia en diversos oficios, aunque eligió no nacionalizarse francés. En 1946 conoció a Marie-Thérèse Deniot, quien tenía un pequeño de dos años fruto de un matrimonio anterior. Ambos reemprendieron una nueva vida juntos, aunque José nunca se olvidó de su mujer e hijos españoles. "Mi abuelo nunca ha ocultado nada de su situación familiar. Siempre hemos sabido que en su tierra, en España, tenía una mujer y dos hijos. Por ello, mis abuelos nunca han podido casarse... El abuelo nunca dejó de pensar en su familia que quedó en España. Según mi padre, el abuelo siempre hablaba de sus hijos y había colocado incluso sobre su cama una fotografía en la que estaban uno junto a otro. Le habría gustado volverlos ha ver. Habría deseado volver un día a su país, pero la guerra, el régimen franquista y los horrores que eso generó le daban un miedo terrible. Siempre decía que si volvía, le cortarían la cabeza. Las guerras han hecho sufrir a familias, hombres, mujeres y niños".
       José del Pozo y Marie-Thérèse Deniot tuvieron tres hijos, Jean-Jacques, Michel y François, y era una hija de Michel, Marie Deniot, quien se había puesto en contacto conmigo. Marie Deniot, nacida en 1980, no conoció a su abuelo (fallecido en 1973), y comenzó una tenaz búsqueda de su familia española. Hasta le envió una carta a todas las mujeres españolas que pudo localizar con apellidos del Pozo García:


       ¿Cómo no sentir empatía por ella y por su labor? Toda mi experiencia de trabajar cuatro décadas en archivos, mi formación de historiador uneco, se pusieron a disposición de la investigación.
       En la partida de bautismo de José del Pozo figuraba que se había casado en Madrid, así que el primer paso fue llamar al archivero de la parroquia Nª Sª de los Ángeles. Lamento no conocer su nombre para citarlo, pero sí que me atendió con la mayor amabilidad y que me facilitó datos imprescindibles para continuar: la hija española de José del Pozo, Francisca, también estaba bautizada en esa parroquia, y en su partida figuraba el nombre de su esposo. Afortunadamente, el segundo apellido del mismo era poco frecuente, de origen vasco, y mi compañera de la UNED Marta Giménez me informó que sólo había dos personas en Madrid con dichos apellidos.
       Al llamar al primero de ellos, ¡¡premio!! El señor que me atendió al teléfono me dijo que conocía a la persona que buscaba, Francisca del Pozo García, por haber estado casada con un hermano suyo, aunque Francisca había fallecido en 2001. Pero que podía facilitarme el teléfono de su hija, también llamada Paquita.
       Mi búsqueda había concluido, había localizado a la familia española de Marie Deniot, pero antes de llamar a Paquita me paré a considerar cómo lo iba a hacer. ¿Cómo se le dice a una persona que tiene una prima hermana, y más familia, de la que ignoraba por completo su existencia, que está intentando ponerse en contacto con ella? Creo que con la mayor delicadeza y tacto para causar el menor impacto posible.
       Aun así, la impresión fue fuerte para la nieta española de José del Pozo, Paquita. Ignoraban por completo qué había sido de su abuelo después de que su abuela volviera del campo de concentración a España, e incluso desconocían que su retorno había sido por su propia decisión. Cualquiera comprende a una madre que se niega a que le arrebaten a sus hijos, y su vuelta a España sola, con una niña de cuatro años y un bebe, esposa de un republicano exiliado, no tuvo que ser nada de fácil, pero consiguió sacar arriba a su familia. Sus hijos, Francisca y Juan, siempre pensaron que su padre, José del Pozo, los había dejado tirados, pero ahora le decía no fue así: fue Clotilde la que quiso volver para que no le arrebataran a sus hijos, y José no pudo regresar.
         Por teléfono, notaba la impresión que le había producido a Paquita el conocer estos nuevos datos de su historia familiar. Esta chica francesa, le dije, os está buscando con ahínco y con muy buena fe. Si ahora rechazas su petición quizá dentro de un tiempo te preguntes si hiciste lo correcto; el "no" siempre lo tienes abierto, podéis poneros en contacto y ya decides qué hacer después de hablar. Superado el impacto inicial, así lo hicieron, ambas, Marie y Paquita, hablaron por teléfono y, después, los genes hicieron el resto. Las dos familias, española y francesa, de José del Pozo se encontraron, primero en Madrid y más tarde en Francia.
        Si el final fue el mejor de los esperados, se debió sobre todo a la tenacidad de Marie Deniot por encontrar a su familia española. Y, la verdad, que me congratulo por haber participado en la búsqueda.

** Las citas en cursiva y color azul corresponden al libro escrito en castellano por Marie Deniot, De España a Francia... de Francia a España, del que tuvo la gentileza de regalarme un ejemplar.