En el dolmen de Las Agulillas

viernes, 29 de agosto de 2014

Tumba infantil excavada en la roca: el Quintillo (Villanueva de Córdoba).

     Uno de los elementos característicos del paisaje arqueológico del NE de Córdoba son las sepulturas talladas en roca granítica. En otras entradas posteriores, D. m., se tratarán cuestiones como su distribución por los Pedroches orientales, su controvertida cronología o su funcionalidad, pero ahora, para ir entrando en materia, vamos directamente con la descripción de una tumba de este tipo, labrada en el granito.


      Esta buena mañana de finales de agosto mi amigo Antonio Jurado me llevó a ver una sepultura tallada en la roca, acompañándonos Juanito, con sus seis años recién cumplidos.
      Está situada en el Quintillo, a unos 3,8 km al SSE de Villanueva de Córdoba. Es frecuente que el inmenso batolito aflore en todo su explendor en algunos lugares de los Pedroches, formando roquedos que, aún en el estío, están dotados de una agreste belleza:


     En el lugar no se aprecia ningún otro resto de actividad humana, a excepción de los restos de un muro que limita la parte dominada por el roquedo de otra que, libre de él, es susceptible de que se realizara algún tipo de construcción o actividad.
     La tumba se excavó sobre una gran roca a la que se rebajó la parte superior para alisarla y poder trabajar en ella:


      Tiene forma oval, más bien irregular, con 88 cm de longitud por 28 cm su su parte más ancha y 26 cm de profundidad. Lo más singular de ella son cuatro nichos en sus laterales, más pronunciados los dos situados a los pies:
 
 

      Exiten en la parte superior de la roca, igualmente, otras cazoletas talladas, y varias cruces, aunque los musgos y líquenes impiden que se puedan apreciar bien (y, como siempre, nos limitamos a mirar, fotografiar o medir, pero no a tocar):


     Su orientación es de 245º, NEE-SWW, aunque no sé si fue la que se le quiso dar en función del ritual empleado, o, simplemente, estuvo condicionada por la propia composición de la roca, siendo la más fácil de realizar para el cantero. Su tamaño demuestra que fue hecha para albergar a una persona de muy corta edad, probablemente un bebé (hoy en día la longitud de un niño de doce meses es de entre 70-80 cm):


     Creo que lo más destacado de esta tumba, además de su carácter infantil, son los cuatro nichos que se tallaron en sus laterales, pero ahora estamos sólo de presentación y descripción, la interpretación la dejamos para más adelante.