En el dolmen de Las Agulillas

miércoles, 13 de enero de 2016

El agua en el nacimiento de Villanueva de Córdoba

     Es muy probable que Villanueva de Córdoba deba su origen al camino califal del Armillat, mas, ¿por qué exactamente en el lugar en el que se encuentra, y no a unos cuantos kilómetros al norte o sur, por ejemplo?
     Villanueva esta muy próxima a la divisoria de cuencas entre el Guadiana y el Guadalquivir. Eso significa que los arroyos que hay en sus inmediaciones tienen ahí precisamente su nacimiento, por lo que su caudal superficial, limitado a la temporada de lluvias, es necesariamente muy escaso. Y eso, en el siglo X, era un grave inconveniente para el ejército califal en marcha, con miles de hombres y bestias de carga, o cuando, ya a finales de la Baja Edad Media, se convirtió en un camino de la Mesta por el que transitaban rebaños de ovejas que necesitaban abrevar de tanto en cuanto. Ni que decir tiene que el agua era también imprescindible para viajeros o arrieros con sus reatas.
     Si bien en la zona de Villanueva las aguas superficiales son prácticamente inexistentes durante la mayor parte del año, las subterráneas son especialmente abundantes debido a su historia geológica.
     Villanueva se encuentra en el centro del gran batolito granodiorítico que la comarca de los Pedroches, el septentrión cordobés y andaluz, pero la composición de este batolito no es uniforme. Según se explica en la Memoria de la hoja 881 del Mapa Geolótico de España del Instituto Geológico y Minero, por la zona donde se encuentra la localidad, en la roca dominante, la granodiorita de los Pedroches, se incrustan una "espectacular red de diques" de otro tipo de roca, pórfidos granítico-adamellíticos "de potencia muy variable desde métrica a hectométrica y corridas de hasta varias decenas de kilómetros. Afloran principalmente en la parte NE de la hoja [881], en concreto se pueden observar en la localidad de Villanueva de Córdoba. Cortan tanto a la granodiorita como a la adamellita biotítica. Cuando encajan en granodiorita [como es nuestro caso] producen un relieve alomado, fácil de reconocer... La representación cartográfica en gran parte es esquemática ya que los haces son más complejos y en su mayoría no serían representables a esta escala [1:50.000]". Estos diques porfídicos son ligeramente más recientes (unos 300 millones de años) que la granodiorita dominante en los Pedroches (307 millones de años).
     A esta red de diques de pórfido, junto a los filones de cuarzo que están distribuidos por todo el batolito (y que al ser más recientes que él también "cortaron" la granodiorita de los Pedroches), se debe la abundancia de aguas subterráneas en Villanueva, según se explica en dicha Memoria: "En los granitos del batolito de los Pedroches la permeabilidad en general es muy baja, sin embargo, localmente y en relación con su grado de fracturación, puede aumentar notablemente... Dentro del conjunto de granitos que afloran en la hoja [881] también existen heterogeneidades que tienen algunas implicaciones hidrogeolóticas, la principal es la existencia de abundantes diques de pórfidos graníticos y filones de cuarzo... Este tipo de fracturas actúa a modo de dren concentrando la circulación del agua subterránea... Es la capa de alteración del granito (lehm) el acuífero más utilizado. Suele tener espesores entre 1 y 6 m y presenta interés hidrogeológico... Ocupa prácticamente todo el afloramiento de rocas plutónicas y está explotado por numerosos pozos de profundidades entre 5 y 10 m que aportan pequeños caudales utilizados en su mayoría en ganadería".
     Los pozos a los que hace referencia la memoria están en las explotaciones pecuarias, en los campos, pero en lo que es el casco urbano de Villanueva hay centenares de pozos, casi en todas las casas del casco antiguo, a menudo compartidos entre dos de ellas ("pozos medianeros"), que amortizaban entre ambas su construcción. No era agua potable, pero sí suficiente para abrevar a las bestias que tenían su cuadra al fondo de las casas, para lavar o incluso mantener un pequeño huerto.
     El lugar de la actual Villanueva que se convirtió en el centro urbano, la Plaza de España, es especialmente rico en aguas subterráneas. Al realizarse este verano una construcción en su acera sur al hacer las obras de excavación se podría comprobar cómo en la parte de la plaza que da a la calle Padre Llorente la roca viva está a apenas medio metro de la superficie; sin embargo, hacia el centro de la plaza la capa alterada del granito (lehm, "tosca" en la denominación local, tiene mas de tres metros y medio de profundidad y por ella discurre el acuifero que hacía que creciera la vegetación en pleno mes de agosto. Es más, las casas de la plaza, especialmente de su acera sur, deben contar en sus sótanos con bombas que evacuen las aguas subterráneas.

     En el mapa de abajo he superpuesto la hoja 881 del Instituto Geológico y Minero con el topográfico del Instituto Geográfico Nacional:


     Se puede observar la gran red de diques de pórfido (bandas de color rosa) que cortan el granito de los Pedroches y que crean las fracturas que concentran el agua subterránea.
     Creo que esta circunstancia, la abundancia de agua bajo suelo en una zona donde es muy escasa superficialmente, en un camino muy transitado en los siglos X y XIV-XVI, favoreció que Villanueva de Córdoba surgiera donde hoy está.